lunes, 2 de marzo de 2009

Indonesia (Lembeh y Bangka)

El pasado mes de Septiembre de 2008 visité, junto a unos buenos amigos, un lugar soñado por todo fotógrafo submarino: El Estrecho de Lembeh.


Hacía casi un año que José M.Ortega, José Mª Abad, Antonio Martín y yo proyectamos el viaje y poco a poco fue tomando cuerpo: acordamos su duración, destinos complementarios (para no fotosub) y visitas terrestres. Decidimos que junto a Lembeh y para cambiar el buceo en su famoso “muck diving”, visitaríamos la Isla de Bangka con sus aguas azules, visibilidad de 30 metros y playas de arena blanca … finalizando el viaje con dos días en Singapur para recorrer esta magnífica ciudad-estado.
Partimos vía aérea desde Málaga a Barcelona para enlazar con el vuelo de Singapore Airlines, que tras una escala técnica en Milán, nos trasladó a Singapur, para allí tomar otro vuelo con destino a Manado, en la isla indonesia de Sulawesi. Después de casi 20 horas de aviones, en Manado nos están esperando en vehículos todo-terrenos para atravesar la selva hacia la ciudad portuaria de Bitung, donde en dos embarcaciones nos trasladan finalmente a nuestro primer destino, al que llegamos tras 26 horas de nuestra salida en Málaga: el NAD-Lembeh Dive Resort .

El buceo en Lembeh es una experiencia única, ya que por un lado el fondo de arena volcánica junto a la gran cantidad de sedimentos en suspensión, hacen que la visibilidad no sea ideal, pero por otro lado la gran cantidad, diversidad y rareza de las especies que habitan sus aguas, hacen que este destino sea un lugar de culto para los amantes de la imagen submarina. La fauna existente se caracteriza además por lo increíble de su mimetismo, haciendo que la labor de los guías sea de una gran ayuda, ya que donde aparentemente solo hay rocas o desechos, aparecen los peces más insospechados: hojas, demonios, escorpión, agujas, etc., el resto tampoco te deja indiferente, unos por su rareza, otros por su belleza y otros por la suma de las dos: peces ranas de todos los tamaños y coloraciones, distintas clases de caballitos de mar, (entre ellas el pequeñísimo caballito pigmeo), mandarines en su danza de cortejo, el precioso aguja fantasma ornado, distintos tipos de morenas, la polilla de mar o pegasus, el cardenal de Banggai (logotipo del Nad Lembeh Resort), la enigmática anguila serpiente, el famoso pulpo mimético, … la lista sería interminable.
Los crustáceos son también muy abundantes, destacando algunas especies realmente atractivas: varias clases de gambas (boxeadoras, abejorro astada, thor, etc.), algunas comensales como la periclimene soror o la magnífica imperator, la esquiva gamba mantis, varios tipos de cangrejos (como el porcelana, el orangután o el araña) y así un largo etcétera.
Mención especial merecen los nudibranquios, ya que a la belleza innata de estos moluscos, aquí los podemos encontrar en abundancia, tanto en variedad como en número de ejemplares, siendo sus formas, colorido y tamaños innumerables, pareciendo competir entre ellos en atractivo y poder de seducción a los que como yo, somos aficionados a la fotografía macro.

En la Isla de Bangka nos alojamos en el Murex Diver Resort y aquí el buceo cambia totalmente (es el típico de arrecife) y la visibilidad es enorme, el azul de sus aguas fantástico y la fauna, aún compartiendo varias especies con Lembeh, es también distinta.
Abundan los peces de arrecifes como mariposas, damiselas, payasos, cardenales, halcones, leones, ardillas, pargos, etc., siendo común a todos ellos la dificultad para acercarse, ya que se muestran muy esquivos. También pudimos observar algunos peces cofre, caballitos pigmeo, peces mandíbula, gobios de coral látigo, una pastinaca de gran tamaño y un grupo de peces loro.
Así mismo los nudibranquios y crustáceos también se encuentran en gran número, destacando las gambas comensales del crinoideo de varios tipos, la inquieta galatea rosa, las periclimenes soror ( asociadas a distintos tipos de estrellas), algunos ermitaños y distintos tipos de cangrejos.
Las inmersiones fueron en su mayoría bastante cómodas, salvo alguna en que la fuerte corriente hacía difícil el poder detenerse para “afotar”, pero realmente el bucear con el agua a 30º y por tanto con un traje de 2 mm. es una bendición, sobre todo para los que habitualmente lo hacemos en el Sur de España y con el agua entre los 13 y 20º.

Para finalizar nuestro periplo y antes de la vuelta a casa, estuvimos dos días en Singapur, ciudad en la que conviven en perfecta armonía distintas culturas y religiones, y que conforman zonas diferenciadas donde el viajero parece trasladarse a otros lugares del mundo, así los barrios chino, árabe, hindú, mantienen sus propias formas de vida con los templos tradicionales de sus distintos orígenes. En ellos pueden encontrarse mercados, tiendas, restaurantes, etc., normalmente a buenos precios y con las señas inequívocas del ambiente que representan.
La ciudad cuenta además con un distrito financiero donde los rascacielos compiten en altura y modernidad con cualquier ciudad del mundo, así como con grandes monumentos de gran belleza como la Catedral de San Andrew, la estatua del Merlion (animal mitológico símbolo de la ciudad), el Parlamento, el Teatro de la Ópera y el magnífico Raffles Hotel.
La zona del puerto con unas vistas espectaculares sobre el río, noria y demás edificaciones bien merece una visita, así como el Jardín de las Orquídeas, donde se pueden ver una cantidad enorme de estas preciosas y coloridas plantas.
Durante el recorrido por la ciudad nos llamó poderosamente la atención lo cuidado de cada rincón y la extrema limpieza de sus calles y jardines …. a lo que seguro contribuye las fuertes multas que imponen por arrojar papeles o cualquier otro objeto fuera de las papeleras o ceniceros que se encuentran a disposición de quienes pasean.

Como todo viaje tiene un final, después de nuestra estancia en Singapur tomamos de nuevo el vuelo que nos trasladó a Barcelona y una vez allí enlazamos con el que nos devolvió a Málaga camino de nuestros hogares a los que llegamos cansados pero con la sensación de haber culminado una experiencia inolvidable.




Antonio Sánchez
MALAGA